En Pasajes, puerto pirata del País Vasco, vivía una costurera que con los años, la experiencia y su buen uso de aguja y dedal llegó a ser jefa de costura del taller Balenciaga. Un coronel republicano conquistó a esta mujer y consiguió casarse con ella.
De dicho matrimonio nació Francisco Rabaneda. La Guerra Civil y la muerte del coronel llevan a madre e hijo al exilio francés. Francisco estudia arquitectura en París y todos empiezan a llamarle Frank. Frank empieza a jugar en el mundo de la moda; unos dibujos por aquí, unos accesorios por allá, botones de fantasía para Givenchy y Courrages, bordados sin hilo y sin aguja para Nina Ricci o Cardin. Frank vuelve a ser Francisco, vuelve a ser Paco. En 1966 nace Paco Rabanne, con vestidos imposibles de llevar y hechos con materiales contemporáneos.
Vestidos que son obras de arte y piezas de museo. Placas de metal o plástico, burbujas llenas de agua o diapositivas.
En 1997 nace el vestido Tutú espacial de plástico y metal plateado.
Famoso vestido de placas plateadas, vestido rosa y hecho con ventosas, túnica de materiales de recuperación y vestido en jersey metal oro.
El imperio sigue creciendo con ropa de hombre y perfumes.
